El dibujo como expresión de la música. Diferentes sonidos que, mezclados con nuestras vivencias y nuestro estado anímico, hacen que plasmemos nuestros sentimientos y sensaciones sobre el papel. Es curioso observar cómo, a pesar de escuchar las mismas canciones, cada uno terminamos con un dibujo completamente diferente, que nos sale de dentro y dice mucho de nosotros. Podríamos usarlo con los niños para descubrir lo que les preocupa, lo que tienen en la cabeza. En definitiva, ¡una gran clase!
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